La futura planta de valorización energética cumplirá estrictamente la legislación de emisiones. COGERSA, Consorcio para la Gestión de los Residuos en Asturias, hace un llamamiento a los colectivos anti-incineración para que dejen de provocar alarma social.

Sobre el reciclado

El Consorcio para la Gestión de los Residuos de Asturias, COGERSA, quiere poner de manifiesto que la construcción de una planta de valorización energética no supondrá de ninguna manera el abandono de las políticas relacionadas con el reciclaje. En este sentido, quiere dejar claro que desde la aprobación del Plan de futuro, COGERSA ha destinado el 50% de sus inversiones (unos 40,7 millones de euros hasta 2009) a fomentar el reciclaje y la recogida selectiva. Este esfuerzo inversor ha permitido mejorar sustancialmente los resultados de la recogida selectiva de papel/cartón, envases ligeros y envases de vidrio, que aumentó un 80% desde 2002. Si se contabiliza el resto de fracciones selectivas (vegetales, estiércoles, chatarra, muebles, etc.) el aumento es del 41,5% desde 2004.

Para continuar con este compromiso, sólo en el próximo lustro, COGERSA licitará obras y actuaciones relacionadas con el reciclaje que superarán los 90 millones de euros, de forma que la recogida selectiva y el reciclaje de residuos urbanos aumentarán un 128% hasta 2015.

De forma paralela a la puesta en marcha de las nuevas líneas de recogida selectiva y nuevas plantas de reciclaje (planta de biometanización, planta de clasificación de basura bruta, plantas de compostaje y secado de lodos de depuradora, planta de reciclaje de residuos industriales no peligrosos, etc.), la fracción resto disminuirá un 31% hasta alcanzar las 450.000 toneladas y llegará a estar compuesta casi esencialmente por el rechazo de las plantas de reciclaje.

Con todo ello y como es lógico, Asturias cumplirá la legislación vigente en materia de reciclaje dentro de los plazos que marca la ley. En 2015, se duplicará la proporción de residuos recuperados sobre el total de la producción de residuos municipales. Si se contabiliza la llegada de residuos de los puntos limpios, la recogida selectiva sobre el total de residuos urbanos gestionados en COGERSA se situó en 2009 en el 17,6% y en el horizonte de 2015, sería posible ampliar este porcentaje hasta el 38,8%. En Cataluña este dato es actualmente del 31%.

La Directiva Europea contempla reciclar en 2020 al menos el 50% de los materiales citados (sobre el total puesto en el mercado) y en Asturias la situación actual ya es positiva, pues la comunidad autónoma se sitúa en el entorno del 70% en el reciclaje de papel y por encima del 40% en los envases ligeros y de vidrio.

Sobre las emisiones de una planta de valorización energética

Por otra parte y ante el alarmismo social que pretenden crear algunos grupos anti-incineración, COGERSA quiere poner de manifiesto que la planta de valorización energética de la fracción resto de residuos urbanos que se recoge en el Plan de Futuro de COGERSA y que próximamente será sometida al proceso de aprobación definitiva en los órganos de Gobierno del Consorcio, incorporará las mejores técnicas disponibles y cumplirá, como no puede ser de otra manera, toda la legislación vigente en materia de emisiones a la atmósfera.

Las plantas de incineración de residuos están sujetas a una pormenorizada y muy exigente normativa de emisiones gaseosas en la Unión Europea donde existen más de 430 instalaciones de este tipo y donde, por el momento, no se han registrado evidencias científicas de que su funcionamiento produzca efectos negativos sobre la salud humana o sobre el entorno natural.

En España, el Real Decreto 653/2003, de 30 de mayo, sobre incineración de residuos, detalla “las medidas a que deben ajustarse las actividades de incineración y co-incineración de residuos, con la finalidad de impedir o limitar los riesgos para la salud humana y los efectos negativos sobre el medio ambiente derivados de estas actividades”.

En cuanto a las emisiones gaseosas, este Real Decreto presta especial atención a las dioxinas, compuestos que tanto preocupan a los colectivos anti-incineración, y fija unos límites máximos (0,1 ng/m3) que son acordes a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y mucho más exigentes que los valores máximos permitidos a otras instalaciones industriales emisoras.

La planta de valorización energética de Asturias recurrirá a la tecnología de depuración de gases más avanzada y eficaz que se haya probado tanto en Europa, como en nuestro país, con el fin de garantizar que las emisiones se encuentren en todo momento por debajo de esos niveles máximos fijados legalmente.

Además, cabe recordar que las dioxinas están presentes en actividades cotidianas como la combustión de un cigarrillo o el cocinado en barbacoa; y otras no sujetas a control de emisiones como los incendios forestales o la quema de rastrojos, en las que se generan enormes cantidades de dioxinas de inhalación directa.

Por todo ello, desde COGERSA se apela por ejemplo al “Estudio multidisciplinar sobre tratamientos alternativos de la fracción resto” dirigido por 5 catedráticos de las Universidades de Oviedo, Valladolid, Santiago de Compostela y Leuven (Bélgica) que en el capítulo dedicado a los “Aspectos toxicológicos y de salud pública” dejan claro que “la incineración de residuos urbanos en las condiciones legalmente establecidas no genera efectos sobre la salud”.

Sobre el tratamiento de las escorias y cenizas

La valorización energética de residuos permite reducir su volumen en un 90% y su peso en un 75%. En concreto, COGERSA realizará estudios para promover la reutilización y el reciclaje de las escorias resultantes, que también podrán ser depositadas en el vertedero de residuos inertes que COGERSA explota desde 2003 en el valle de La Oscura.

Por otra parte, COGERSA tiene previsto depositar las cenizas obtenidas tras la combustión de los residuos sólidos urbanos en el vertedero de seguridad para residuos peligrosos que también posee en las instalaciones centrales de Serín.

Sobre las emisiones de CO2

Respecto a algunas de las afirmaciones que han venido haciendo diferentes grupos ecologistas en la mañana de hoy, COGERSA quiere precisar que en ningún caso se puede hablar de emisiones de 600.000 toneladas de CO2 anuales. Para que sirva de ejemplo, una planta de 450.000 toneladas, trabajando todo el año a su capacidad nominal máxima, daría como resultado unas emisiones anuales de 159.000 toneladas al año de CO2.

Además, hay que tener en cuenta que lo que se quema es considerado como biomasa en la caracterización de plantas de combustión que se realiza en el comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (UE), en el marco del Protocolo de Kioto. Esto supone que los casi 180.000 MWh/año que se generarían de electricidad serían considerados como energía limpia.

Por otra parte, la valorización respecto a la emisión del vertedero actual, incluida la captación de gas, supone una reducción de emisiones de 30.000 toneladas de CO2/año.

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