Sin duda, el zoológico que se encuentra en peor estado es el Parque de la Vida (Valdés), donde las condiciones de las instalaciones son lamentables y el mantenimiento deja mucho que desear. “Varios cadáveres de cetáceos en descomposición se secan semienterrados en un extremo del parque, apestando y atrayendo insectos. Las jaulas de aves llevan semanas sin limpiarse, el cercado de los jabalíes tiene el cadáver de un jabato entre los excrementos acumulados de varias semanas. El agua de los animales está putrefacta y se acumula comida de varios días, la nueva sobre la podrida”, explica Alberto Díez, portavoz de InfoZoos. Otra característica del recinto es que la mayoría son animales salvajes irrecuperables –más delicados que los animales criados en cautividad- o mascotas exóticas abandonadas. Aunque en otros centros esto podría considerarse una actuación relacionada con la conservación, aquí no se ofrece un mensaje divulgativo contundente sobre el problema de las invasiones biológicas.

“Las actividades del centro de recuperación de especies marinas no se han valorado en este trabajo pero en ningún caso pueden servir para amparar, camuflar o justificar el lamentable estado del parque como zoológico”, ha aseverado el portavoz de la coalición. Además, algunos grupos, como el de los ratoneros y cárabos, son muy desacertados, ya que no son animales gregarios y en libertad nunca se encuentran en un grupo tan numeroso y sin espacio. Por el contrario, el buitre está aislado cuando viven habitualmente en grupos. La situación es más grave ya que se trata de animales nacidos en libertad y que tienen problemas físicos que les impiden moverse con normalidad.

Asimismo el zoo de La Grandera (Cangas de Onís), parece dedicarse, según InfoZoos, “a mantener un intercambio y comercio de animales –anuncia sus “excedentes” en la página web- sin otro fin que la exhibición en zoos que no trabajan por la conservación, sin los mínimos criterios educativos, con grandes fallos en la seguridad para animales y visitantes y con las instalaciones en pésimas condiciones de higiene y mantenimiento”. Esto supone un riesgo grave de enfermedades para los animales e incluso para los visitantes.

El zoo El Bosque, en Oviedo, representa una colección particular de animales, “que no cumple los requisitos que exige la ley y no tiene capacidad para adaptarse a la misma, ya que es notable la falta de recursos humanos materiales y de espacio suficiente y apropiado”, agrega Díez. “Tampoco cuenta con programas de conservación o educación, ya que se dedica a la cría y venta de animales, una actividad contraria a los objetivos educativos y de conservación de un zoológico”. La Ley 31/2003 afirma que “los parques zoológicos quedan obligados a la elaboración, desarrollo y cumplimiento de los programas de conservación ex situ de especies de fauna silvestre”. Por otra parte, el zoológico tampoco llega a los mínimos requeridos en bienestar animal: la mayor parte de las instalaciones son pequeñas, muchas no permiten el ejercicio y reposo necesarios de cada especie. Las barreras no evitan el contacto con la mayor parte de los animales y las puertas están mal cerradas, por lo que el visitante podría liberar a los animales.

En cuanto a El Rincón de las Aves, en Pravia, su principal problema es el gran número de animales y la falta de espacio y “aunque los animales están muy bien cuidados, la Ley de Zoos exige algo más para poder abrir al público y funcionar como zoológico”, comenta Díez. La conservación es la principal “tarea pendiente” de este centro, que debería priorizar el trabajo con especies amenazadas en coordinación con otros centros. “Su enfoque, alejado del negocio, permite adoptar medidas que mejoren la calidad en todos los aspectos estudiados. Posiblemente sea necesario invertir y asesorar a los responsables del parque para mejorar algunos aspectos como completar la cartelería y desarrollar un programa educativo”, asegura el portavoz. “Los parques zoológicos quedan obligados a la elaboración, desarrollo y cumplimiento de los programas de educación dirigidos a la concienciación del público en lo que respecta a la conservación de la biodiversidad”, reza la Ley.

En el Acuario de Gijón, excelente en conservación y educación, la mayor deficiencia es que en la zona “Toca-toca“, varios acuarios están abiertos para poder tocar a los animales, algo que hace necesario un lavamanos y avisos de la importancia de lavarse las manos tras mantener contacto con peces e invertebrados.

ANDA Asociación Nacional para la Defensa de los Animales

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