La Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (AVALL), quiere manifestar, con respecto a la llamada Revisión del Plan de Llanes, lo siguiente:
Denominar “revisión” a una operación efectuada sobre el actual PGOU de Llanes, por un importe de 400.000 euros (unos 66 millones de pesetas) es, simple y llanamente, engañar a los contribuyentes, que en definitiva son quienes pagan esta maniobra, tildando de revisión lo que es, sin más, la confección de un nuevo PGOU.
Eso solo para empezar. Para empezar mintiendo, como es costumbre en el equipo de gobierno llanisco.
Por otra parte, el vergonzoso reconocimiento publico de que la mal llamada revisión se lleva a cabo porque pesan sobre el PGOU dos sentencias que lo anulan y se espera que el Tribunal Supremo no encuentre otra alternativa que hacer lo mismo, o sea, anularlo definitivamente, es ya reírse en los propios morros de todos los contribuyentes y nada digamos de lo que ello representa en cuanto al respeto debido a la utilización de los Tribunales de Justicia se refiere, sobre manera cuando estos procedimientos se pagan con dinero publico como es el caso.
Ni la menor autocrítica por haber confeccionado, por enésima vez, un documento basura en materia de ley, ni la menor petición de disculpa ante los administrados por obligarles, también por enésima vez, a volcar sus impuestos, a millones, en un nuevo PGOU del que, vistos los antecedentes, no caben esperar más que nuevos burladeros a la Ley.
En cuanto a que “con la aprobación definitiva del pliego de condiciones de la revisión del PGOU, el equipo de Gobierno asegura que da un paso definitivo para poner en marcha el procedimiento legal y administrativo que concrete el compromiso adquirido recientemente con los ciudadanos, empresarios y trabajadores del sector para impulsar el desarrollo urbanístico y ambiental del concejo, así como a dotarlo de la seguridad jurídica necesaria a tales efectos”, se necesita tener la cara muy dura después de haberlos arrastrado a todos ellos, ciudadanos, empresarios y trabajadores, a la mayor crisis jamás conocida mientras les prometían el oro y el moro y les inculcaban que tal manera de actuar se llama PROGRESO.
Ahora lo están viendo y sufriendo en propia carne. Ciudadanos, empresarios y trabajadores del sector están hasta el cuello inmersos en la peor de las incertidumbres económicas y laborales que el concejo haya conocido. Los empresarios que cada día retiran sus solicitudes de licencia en las oficinas de urbanismo del Ayuntamiento de Llanes son legión, y dejan a la entidad municipal completamente en la ruina económica. Los obreros de la construcción y sus filiales que cada día se encuentran en la calle, sin trabajo y sin puerta a la que llamar, son ya un ejercito, y los ciudadanos que invirtieron en semejante conglomerado de brutal especulación se topan con que sus propiedades, adquiridas en gran medida con destino a la especulación, devoradas a toda velocidad por las hipotecas que pesan sobre la mayoría de ellas, han de ser puestas en venta por la mitad de lo que les costaron, si es que quieren venderlas, y aún así, no se venden, entre otras razones porque los bancos rechazan los bienes inmuebles como garantía de aval. Incluso alquilarlas por poco mas de 300 euros resulta una tarea muy difícil en el Llanes actual habida cuenta de la saturación de la oferta.
Si a ello le sumamos una recesión evidente del sector turístico, al que también en aras del PROGRESO, se le espoleó desde el Ayuntamiento hasta el punto de saturar el mercado hasta limites insostenibles, haciendo que se coman unos a otros, nos encontramos con que en Llanes, no hay ninguna otra fuente de la que beber. Y para ello, para dejar pasar esta barbaridad propia de desalmados o de descerebrados, se han llevado por delante no pocos elementos de alto valor patrimonial común, tanto en el aspecto medioambiental como en el histórico y cultural.
Solo falta que ese equipo de gobierno, perfecta copia genética en términos políticos y de gestión de la instaurada, y ahora estruendosamente fracasada por Antonio Trevin Lomban (que ya se ha apresurado a abandonar la Secretaria General del PSOE llanisco aplicando su especialidad de salir corriendo cuando se produce el incendio), con el ineludible apoyo de los sucesivos gobiernos autonómicos, quiera cargar la responsabilidad de este desaguisado a los Estados Unidos de América, para que , al menos, podamos reírnos por un momento.
Basta observar el cuadro de actores designado para intervenir en la confección de esa “revisión del PGOU” para ponerse en guardia, y objetivamente, esperar más de lo mismo: la alcaldesa de Llanes, el secretario general , el interventor municipal, el concejal de urbanismo, el arquitecto municipal interino, y el Director regional de Urbanismo, que actuara con voz y sin voto (¿), serán no solo quienes decidan a quien le encargan esta vez el bodrio, sino cómo ha de hacerse, y para empezar ya han tomado la decisión de soltar 400.000 euros de nuestros bolsillos.
La diferencia, única, de esta decisión con respecto a las anteriores ocasiones en las que Llanes fabricó una norma urbanística, reside en que ahora nadie la espera, a nadie interesa ya, a muy largo plazo, la palabra “recalificación”, salvo a aquellos que esperan recibir la adjudicación de obra publica, también en el aire, de asuntos tan turbios y tan enfangados en procedimientos judiciales como el llamado Auditorio, para el que al día de hoy no hay ni estudio de viabilidad ni terreno publico en mano, o el tramo Unquera-Llanes, al que el Estado ha adjudicado un presupuesto tan sumamente ridículo que solo algún desvergonzado se atreve a ponerle fecha a su conclusión.
Por tanto, hacemos saber que el Ayuntamiento de Llanes va a confeccionar un nuevo PGOU a fin de eludir una sentencia condenatoria del tribunal Supremo de España. Que lo hace de manera camuflada tildando la operación, ridículamente, de “revisión”, y que lo hace además en un momento en que las arcas publicas, y las privadas, se encuentran en el peor de los momentos de su historia reciente y pasada, invirtiendo en ello, para empezar, 400.000 euros.
Hablamos, en el aspecto pragmático, de 20 años perdidos. En el aspecto ético de la cuestión, nos referimos a otros tantos de ignominia. Y es hora de amarrarse los machos porque, como puede apreciar, no hay en las cabezas de estos dirigentes ni una sola idea, y mucho menos una sola intención, de retomar el camino y encauzar correctamente el futuro del Concejo de Llanes y de sus habitantes.
Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes
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