La caza una actividad de alto riesgo que provoca 24 muertes al año FAPAS recuerda que cada año, mueren en España 24 personas y resultan heridas una media de 2.448 por accidentes de caza. La polémica desatada en el Valle de Arán tras el incidente surgido entre un cazador y la osa Hvala, algunos medios han tratado de incriminar a los osos como animales peligrosos para los cazadores y ciudadanos en general 3-Noviembre-2008 Nota de prensa de FAPAs
La polémica desatada en el Valle de Arán tras el incidente surgido entre un cazador y la osa Hvala ha tratado de incriminar a los osos como animales peligrosos para cazadores y ciudadanos en general. Sin embargo, la autentica peligrosidad en las montañas se encuentra en la acción de cazar, según se desprende de las estadísticas de accidentes que se producen en el desarrollo de la actividad cinegética.
Según Mutuasport, la mutua de los cazadores, durante el año 2007 hubo 21 muertos por disparos de caza y 863 heridos, de los cuales 13 quedaron inválidos para siempre por amputaciones o daños oculares.
En 2005 se alcanzaron casi los 2000 heridos por accidentes de caza, con 29 inválidos para siempre; en 2002 murieron 23 personas y en 2004, 18. En 5 años hubo 5.263 heridos con casi 200 inválidos para siempre, y decenas de muertos por disparo. La media anual, según la mutua, es la siguiente: 2585 accidentes de caza, con más de 24 muertos por disparo, 2448 heridos con 91 inválidos.
Los accidentes de caza no siempre se producen entre cazadores, también afectan a los ciudadanos en general, como la persona herida por el disparo de un cazador que viajaba en un autobús de línea, o más recientemente, la semana anterior al incidente con Hvala, un cazador mataba a un vecino que trabajaba en sus tierras de cultivo.
Tratar de justificar unos arañazos, como un ataque brutal, tal como ha sido calificado por algunos medios, o de pretender que tras esta acción de la osa Hvala los osos son una amenaza para las personas que utilizan tanto por su trabajo como lúdicamente las montañas pirenaicas, es en comparación con el riesgo que supone la acción de cazar y los resultados de muertos y heridos, una auténtica exageración que oculta la utilización del programa de reintroducción de esta especie en los Pirineos, como arma de lucha política entre sectores enfrentados entre sí.
Lo que realmente es cierto, es que evaluando la situación del oso pardo en Pirineos, la causa clara y contundente de su desaparición, es históricamente la acción directa de la caza y desde que se ha puesto en marcha el programa de recuperación de la especie, el saldo de muertos es claramente favorable al oso.
En todos los encuentros entre hombre y osos conocidos en el Pirineo, tanto en la vertiente española como en la francesa, cuando ha habido un muerto, siempre ha sido el oso. El programa de reintroducción comenzó de nuevo en 2006 tras la muerte en 2004 de la osa Canelle por el disparo de un cazador que tras el juicio fue absuelto (era el padre del alcalde del lugar). Pero años atrás también había muerto la osa Melba muerta en otra batida de jabalí.
Y posiblemente más osos, hoy desaparecidos, hayan muerto por disparos desde entonces y quizá nunca lo sabremos. Tras la reintroducción de 2006, la osa Franska fue perseguida ilegalmente por los ganaderos franceses; acosada, llegó hasta una carretera donde murió atropellada; entonces se descubrió que también había sido tiroteada días antes. Ya sólo quedan 3 ejemplares de aquella última reintroducción y uno de ellos, Balou, está herido por un disparo en una pata durante una batida al jabalí el pasado 7 de septiembre. Hvala es una de las últimas esperanzas que posibilitan la recuperación del oso en los Pirineos españoles.
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