Opinión:

Cuatro datos y una reflexión sobre la matanza de delfines en Japón

Los humanos hemos sustituido de la Ley de la Selección Natural por la Ley del Beneficio Económico. En el caso de los animales se aplica a fuego que sólo aquellos que produzcan beneficios económicos sobrevivirán para reproducirse, el resto son exterminados

25-Septiembre-2007 Artículo de Antonio Rodríguez Dosantos

1- El cerebro del delfín es de los mayores de la Naturaleza y tiene un córtex muy estructurado.
2- Son mamíferos y la relación madre cría se extiende durante años creando grupos familiares.
3- La comunicación que estos animales pueden mantener con el humano permite aplicar métodos de terapia con sorprendentes resultados para tratar a niños con discapacidades psíquicas y sensoriales
4- La mayoría de los delfines tienen una dentadura y una fuerza con la que serían capaces de arrancar el brazo a un hombre y al igual que los tiburones comen peces.

Si hubiera que elegir entre meterse en una piscina con delfines o en otra con tiburones. ¿Cuál elegiría? Pero sobre todo ¿Por qué? Cual sería la razón de su opción, si a fin de cuentas los delfines y los tiburones son simples animales ¿O no?

No trato de humanizar, ni de hacer un estudio sobre la posibilidad de inteligencia o la existencia de un comportamiento moral en los animales. Sobre todo porque si el baremo de esa moralidad e inteligencia somos los humanos, que seguimos exterminándonos por millones en guerras o que doblegamos cualquier cuestión moral al dinero, resultará ser un baremo con muy escaso valor. Simplemente constato una realidad. La mayoría de los humanos haríamos una diferencia instintiva y optaríamos sin dudar por la opción de los delfines; sin embargo para los empresarios pesqueros japoneses los delfines son sólo simples animales que estorban y que pueden transformarse en una posibilidad de negocio.

Los humanos hemos sustituido de la Ley de la Selección Natural por la Ley del Beneficio Económico. En el caso de los animales se aplica a fuego que sólo aquellos que produzcan beneficios económicos sobrevivirán para reproducirse, el resto son exterminados.

Los ecologistas tenemos que hacer malabares buscando todo tipo de posibilidades para la supervivencia de las especies en peligro. Desde el desarrollo de fórmulas de turismo alternativo, campañas de imagen para destacar la belleza de determinado animal, hasta exigir investigaciones para conocer el potencial ganadero, agrario o farmacológico de las especies. Pero si al final no dan beneficio, si fracasan los planes, las especies son exterminadas. A veces, como ocurrió este mismo verano con los gorilas muertos en los volcanes de Virunga por un puñado de patatas.

Al final si planteásemos a un delfín la cuestión de meterse en una piscina con humanos o en una con tiburones, creo que no dudaría un segundo y se metería en la de los tiburones.

Antonio Rodríguez Dosantos

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