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 No es de extrañar que las altas instancias de los Premios Príncipe de Asturias hayan puesto en su punto de mira al Sr. Al Gore. Primero porque se trata de unos premios donde pesa el factor mediático y el glamour de aquellos que se perfuman con esencia de dinero o poder, que vienen a ser lo mismo. Segundo porque una foto del Presidente del Principado de Asturias, el socialista Álvarez Areces, con Al Gore puede venir de maravillas al gobierno del PSOE en un momento, el otoño, donde se pondrían en marcha algunos de los proyectos estrella del señor Areces que más tienen mayor impacto ambiental. Es decir la incineradora y la planta regasificadora con su correspondiente repertorio de centrales térmicas. Además de otros muchos proyectos conflictivos que hoy en día permanecen en el limbo de algún archivador consejeril, para no estropear la bella época electoral de inauguraciones, carteles, besos a niños y promesas de todos los tipos y colores. Eso, claro está, si las elecciones de mayo no cambian la correlación de fuerzas en el Parlamento Autonómico.
En caso de una victoria de PSOE + IU, el calendario parece claro: Dejar los temas polémicos hasta después de las elecciones el 27 de mayo. Dedicar el mes de junio al diseño y reparto del gobierno. Después unas vacaciones tranquilitas tal vez caldeadas con el proyecto de dragado de la ría de Villaviciosa o alguna polémica con los ayuntamientos sobre quien debe paga la limpeza y el mantenimiento de las playas. Y en el otoño el PSOE volvería a la carga con los proyectos de térmicas, regasificadora, incineradora,... etc. además de proporcionar un buen cargamento de “sapos de ocho patas” – Cita de Jesús Montes, concejal de IU en Gijón -, para que Izquierda Unida quiera tragarlos o se niegue. Ya que es posible que veamos nuevamente a Izquierda Unida apearse del tren del gobierno de Areces, para apoyar las demandas ciudadanas, como pasó con el caso del centro de radioterapia, o más recientemente con la polémica instalación de la Thyssen en la Universidad Laboral. Espero que sea así, ya que es una de las pocas esperanzas que me quedan. En cualquier caso tendremos un otoño calentito y no sólo por el Cambio Climático. Por todo ello una foto de Álvarez Areces con Al Gore, el actual líder mediático de la defensa ambiental, no tiene precio. Y resultaría más rentable publicitariamente que hacerse una foto con el oso Yogui auténtico.
La razón es que Asturias es una de las regiones del planeta que más contribuye al Cambio Climático y que lo seguirá haciendo si continúa la política actual de Álvarez Areces. Para Áreces la producción de "energía es clave para el futuro económico de Asturias". Lo cual estaría bien si pudiéramos marcar los precios de la energía, que los centros de gestión y decisión de las empresas energéticas estuvieran aquí y sobre todo que las empresas que consumieran esa energía se instalaran en Asturias. Pero ni nosotros ni Álvarez Areces fija los precios eso lo hacen en Madrid o más lejos, los centros de decisión no están aquí y el propio Gobierno del Principado alienta para que "Asturias continúe siendo una región excedentaria de energía que abastezca a un mercado global", para lo que debe "mantener la firmeza para solucionar los problemas de evacuación a través de las líneas Soto-Penagos y Lada-Velilla" - Cita de Ávarez Areces en La Nueva España del 30 de enero.-
Es decir la política de Álvarez Areces supone que en Asturias produzca casi el triple de la energía que consume, que nos supondrá cargar con los costes ambientales, padecer el aumento del número de instalaciones de alto riesgo, soportar los impactos sobre la calidad de vida y, eso sí, unos cuantos cientos de puestos de trabajo para los obreros que mantengan las instalaciones; apenas una insignificancia laboral si lo comparamos con las decenas de miles de puestos de trabajo que se generarán con la energía asturiana en ese “mercado global” del Sr Areces.
Y sobre el compromiso del Gobierno del Principado de Asturias con el Protocolo de Kyoto lo solucionan con una foto al lado de Al Gore y lanzando campañas para silenciar, acusar o directamente eliminar a los pocos ecologistas, ciudadanos y medios de comunicación que denunciamos esta política y la forma en que se ejecuta. Sirvan como ejemplo, los piropos de la concejala de medio ambiente de Gijón, el gran cariño que tiene el gobierno municipal de Avilés a los ecologistas que denuncian la contaminación atmosférica o el Fagor apasionado que nos demuestra el alcalde socialista de Cangas de Narcea. Todo ello sin que Al Gore, que es un recién llegado a la lucha ambiental, tenga porque saber lo que pasa en Asturias y lo que pueda significar su foto con dando la mano al Sr. Areces.
Tal vez lo más sensato, y ya que se quiere premiar la lucha contra el deterioro ambiental del Planeta, fuera que el premio se lo dieran a Greenpeace y no a Al Gore. Y cito a Greenpeace porque fue de las primeras; pero en general gracias a organizaciones como Greenpeace, que lleva decenios dando la cara y a veces rompiéndosela, hoy en día los problemas ambientales entran dentro de la agenda de los grandes gobernantes. Al Gore es un San Pablo recién llegado a una guerra que ya cuenta con demasiados mártires.
Antonio Rodríguez Dosantos
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Al Gore y los Premios Príncipe de Asturias