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80.000 Viviendas a toda costa Escrito de la Coordinadora Ecoloxista de Asturies saliendo al paso de las declaraciones que hacen el Colegio de Arquitectos y la Federación Asturiana de Concejos, que afirmaban que no hay riesgos de urbanización del litoral 26-Febrero-2006 Nota de prensa de la Coordinadora Ecologista |
Playa de Salinas |
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las actuales revisiones de los planeamientos y con los convenios que anuncian los medios
de comunicación hay previstos en Asturias 80.000 viviendas en municipios
del litoral, de estas creemos que unas 63.000 corresponden a segundas residencias, lo que
aumentaría el numero de viviendas vacías en muchos ayuntamientos que ya tiene una media
del 60% de viviendas vacías casi todo el año (LLanes, Ribadesella, Colunga).
Decir que poblaciones donde hay una perdida constante de población, tenga previsto duplicar las viviendas existentes (LLanes, Ribadesella, Gozón, Cudillero, el Franco, Castropol) es preocupante. Se llega a casos donde la propuesta de los consistorios atraidos por el dinero facil de las tasas, de querer multiplicar el numero de viviendas como es el caso de; - Caravia: con 400 viviendas actuales prevé suelo para 2000 - Colunga: con 4000 viviendas actuales prevé suelo para 7000 - Muros de Nalón: con 1400 viviendas actuales prevé suelo para 2300 - Ribadedeva: con 1300 viviendas actuales prevé suelo para 2400 En casi todos los caso se trata de viviendas diferentes a las existentes, cambiando la tipología tradicional por la mas beneficiosa para los constructores de apartamentos o chalets adosados, para nosotros es evidente que es una afección al litoral aunque no sea frente de playa. Y así continuamos en todo el litoral, con cifras escandalosas para una comunidad como esta con un crecimiento vegetativo ridículo, eso si todos los veranos se quejan los Ayuntamientos de que no pueden hacer frente a los servicios que demandan los residentes temporales, y los habituales que ven como durante los meses estivales su calidad de vida empeora exponencialmente (ruidos, atascos, dificultad de aparcar, subida de precios, mala atención sanitaria, hurtos, etc.). De llevarse a cabo las propuesta de los promotores, adornada por su colaboradores arquitectos y urbanistas (no todos) con la colaboración de los Ayuntamientos ponemos en un peligro al litoral que hoy tenemos. Tendrá consecuencias ambientales importantes en cuanto al consumo de recursos, contribuirá a una grave alteración del paisaje para facilitar la construcción de las viviendas y sus viales, y servicios que demanden, sin olvidarnos de los 16 complejos de golf anunciados. Corremos el riesgo de imitar modelos donde han llegado al desbordamiento de la capacidad de carga de los ecosistemas costeros y de la demanda de servicios ambientales. Lógicamente, la magnitud del crecimiento urbanístico está terminando de laminar los pocos ecosistemas costeros que aún quedaban. Si en tierra siguen desapareciendo las redes hídricas, los sistemas dunares, los forestales y se amplía la erosión del suelo, la evolución de las dinámicas y sistemas marinos, no por desconocida, es menos preocupante, mientras la carga ambiental demandada por el consumo de suelo, agua, energía y la generación de residuos y emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero, resulta, sencillamente, inviable. Estas segundas residencia van asociadas hoy en día a la pérdida estratégica de competitividad, rentabilidad socioeconómica y de calidad de vida. Porque se olvida que la congestión urbanística opera como un factor clave de pérdida de competitividad y calidad de vida. Hoy se reconoce que un porcentaje significativo de residentes y turistas, lógicamente el más exigente y rentable, está perdiendo interés en nuestro litoral, mientras que el proceso inmobiliario no sólo succiona importantes inversiones de otros frentes clave para la competitividad estratégica del país, sino que, una vez superada la fase de construcción, ofrece una proyección socioeconómica devaluada por el peso determinante de una segunda residencia de escasa rentabilidad por su baja ocupación anual y gasto diario. Y por último, la espinosa cuestión de la financiación de los municipios turísticos. Tema indiscutiblemente real por la diferencia entre población censada y servida, pero que está siendo utilizado para justificar ante la opinión pública unas políticas urbanísticas expansivas y contraproducentes, en cuanto no hacen sino multiplicar hacia el futuro el desfase poblacional y el crecimiento de los servicios deficitarios. Todo indica que hay que pensar en nuevos paradigmas en los que la cuestión de la sostenibilidad y los límites de la capacidad de carga de los sistemas costeros se planteen como requisito fundamental. Porque sólo así será posible pensar en estrategias de valorización capaces de optimizar la calidad y rentabilidad integral de nuestras costas. |
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